16 de julio de 2012

La triste educación en México

Como muchos de ustedes sabrán (o quizás no) en México la educación está en un nivel deprimente. La educación básica es un chiste, una broma de mal gusto de la cual los jovenes que la cursan son víctimas y ejecutores.

Un día caminando por la calle me cruzo con un grupo de jovenes con uniforme de secundaria pública. -No mames we ¿si vamos a lanzarnos a la fiesta?- pregunta uno. -Camara we, pero lleva las monas-. Le responde otro de ellos.
Tan denigrante es su actitud y ni siquiera les importa. No me importan sus vicios, después de todo cada quien tiene los suyos. Es su imagen lo que me preocupa, no les interesa llevar puesto el uniforme de su escuela, mismo que los identifica después de todo, no les interesa llevar una linea (o cresta) como corte de cabello, no les interesa salirse de la escuela en miércoles, incluso en martes para irse a tomar... si fuera un grupo culparía a su vecindario. La realidad es que en la mayoría si no es que en todas las escuelas públicas las reglas sólo son escritas, los alumnos no tienen preocupaciones por faltar y peor aún... no tienen aspiraciones.

Me entristece ver la cara de esos niños y esos jóvenes que encima se jactan de su ineptitud "jajaja que importa, ya reprobé", "valiendo verga we no nos va a pasar nada". Es que ellos son jóvenes aún y no saben medir las consecuencias. Me entristece si ese es nuestro futuro ¡y a quien culpo es al sistema educativo!.

Ya lo dije, esto es en casi todas las escuelas públicas, no es casualidad. Que ellos no tengan una guía de su futuro, alguien que les enseñe el valor de la vida, alguien que, además, les inculque curiosidad por su futuro. La SEP (que aquí en México regula la educación básica, o por lo menos eso pretende) hace tiempo viene entregando cuentas miserables en sus evaluaciones estudiantiles y que decir de las docentes... Pero eso a ellos no les preocupa.

Terminada la secundaria, los estudiantes (que así lo deciden) han de ingresar al bachillerato o preparatoria y eso ya es territorio de UNAM, IPN y escuelas particulares, ahí el camino ya esta por de más podrido. Quienes no consiguen quedar en alguna escuela mediante el examen ingresan a una particular si sus medios se lo permiten, o desertan de la educación. A nivel universitario la historia se repite con una pequeña variante: esta vez quienes quedan fuera son, en su mayoria, de escuelas particulares (mismas que generlmente se dedican a impartir carreras populares como psicología y derecho, no por menospreciarlas).

¿Las consecuencias? los aspirantes que quedan fuera exigen resultados, exigen más plazas, exigen su ingreso. Se quejan de que UNAM, UAM o IPN los rechazó pero ¿en realidad es así? Las cosas funcionan así: uno hace su examen y en base a los aciertos que obtenga se le asigna un lugar o no.
Si los alumnos que se quejan por los lugares no tuvieran 40 aciertos en sus examenes de ingreso, si tuvieran 90 o 95 aciertos, tal vez sería entendible su molestia, pero no. Para mi lo entendible es su frustración que los lleva a la mediocridad.

Mi consejo es: La escuela hace al estudiante, en parte.. pero también del estudiante depende tener iniciativa y estudiar para ser mejor (en lo que sea que el estudiante quiera). Si te frustras y te caes, te levantas y sigues adelante, no hay más. En esta vida poca gente se va a detener a tenderte la mano mas de una vez y encima gratis.

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